La forma de los pies de 10 semanas (o en su defecto, de un bebé)
han sido siempre el símbolo pro-vida.
CADA VIDA IMPORTA. El lema CADA VIDA IMPORTA desea expresar que en relación al aborto nos importan todas las vidas: la del bebé no nacido, la de la madre embarazada en situación de desamparo social, la de la mujer que ha abortado y se enfrenta a la memoria de ese drama, la del padre responsable del embarazo y quizá también del aborto, etc.
Por eso el lema escogido: CADA VIDA IMPORTA. Todo aborto tiene dos víctimas al menos: la mujer que aborta y el bebé que no nace.
El acceso al alimento, más que una necesidad elemental, es un derecho fundamental de las personas y de los pueblos. Podrá ser una realidad y por tanto una seguridad si se garantiza un desarrollo adecuado en todas las distintas regiones. En particular, el drama del hambre podrá ser vencido sólo “eliminando las causas estructurales que lo provocan y promoviendo el desarrollo agrícola de los países más pobres mediante inversiones en infraestructuras rurales, en sistemas de irrigación, en transportes, en organización de los mercados, en formación y difusión de técnicas agrícolas apropiadas, capaces de utilizar lo mejor posible los recursos humanos, naturales y socioeconómicos mayormente accesibles a nivel local” (Caritas in veritate, n. 27).
Garantizar a personas y pueblos la posibilidad de vencer la plaga del hambre significa asegurarles un acceso concreto a una alimentación sana y adecuada. Se trata, asimismo, de una manifestación concreta del derecho a la vida.
El acceso al alimento, más que una necesidad elemental, es un derecho fundamental de las personas y de los pueblos. Podrá ser una realidad y por tanto una seguridad si se garantiza un desarrollo adecuado en todas las distintas regiones. En particular, el drama del hambre podrá ser vencido sólo “eliminando las causas estructurales que lo provocan y promoviendo el desarrollo agrícola de los países más pobres mediante inversiones en infraestructuras rurales, en sistemas de irrigación, en transportes, en organización de los mercados, en formación y difusión de técnicas agrícolas apropiadas, capaces de utilizar lo mejor posible los recursos humanos, naturales y socioeconómicos mayormente accesibles a nivel local” (Caritas in veritate, n. 27).
Garantizar a personas y pueblos la posibilidad de vencer la plaga del hambre significa asegurarles un acceso concreto a una alimentación sana y adecuada. Se trata, asimismo, de una manifestación concreta del derecho a la vida